Frente Universitario Roque Dalton
Solo organizados haremos valer nuestros derechos
Nació en San Salvador el 14 de Mayo de 1935, estudió jurisprudencia, ciencias Sociales y Antropología, en universidades de El Salvador, Chile y México. Sus obras literarias son muy reconocidas en el mundo, recibiendo varios premios por ellas, como el Premio Centroamericano de Poesía o el Casa de las Américas.Su vida no fue una vida común, con 21 años fundó junto con otros escritores el Círculo Literario Universitario; militante del partido comunista, se enroló en el Ejercito Revolucionario del pueblo (ERP). Recorrió la Unión Soviética, Vietnam y Corea; y hubo de vivir exiliado en Guatemala, Checoslovaquia y Cuba. Pero la suerte también fue compañera de Roque; encarcelado varias veces en El Salvador, logró escapar, incluso ayudado por un terremoto que derrumbó los muros de la cárcel; y una vez condenado a muerte, no se cumplió su sentencia gracias a la “oportuna” caída del dictador José María Lemus. Finalmente en 1975, la muerte le alcanzó de manos de sus propios compañeros del ERP, entre los que se encontraban Joaquín Villalobos.
A Roque Dalton lo mataron a quemarropa. La leyenda dice que sus matadores, sin valor para mirarlo a los ojos, le inyectaron un somnífero antes de dispararle. También se dice que lo liquidaron de sorpresa: llegaron a su lado y de súbito le descargaron los tiros. Pasara lo que pasara en esa hora siniestra, aquella fue la última de las celadas que le tendió la vida.
El sacrificio de Dalton estuvo en el génesis del nuevo poder que emergió entre combates guerrilleros y protestas sociales. Sus asesinos eran un pequeño grupo de conspiradores que con los años llegaría a ser una poderosa organización armada. Dos de los sobrevivientes de aquella célula estamparon su firma en el documento que puso fin a la más cruenta de las guerras libradas hasta ahora en El Salvador.
La "muerte horrenda" de Dalton, como la llamó Julio Cortázar, levantó una exclamación de repudio en todo el mundo y le dio paso a su leyenda. Una leyenda que Dalton mismo, en vida, ayudó a alentar La poesía de Dalton es inseparable de su vida, y su vida de sus opciones políticas. Sin embargo, una de esas partes --la política-- ha predominado por encima de las demás
Cuando lo mataron tenía cuarenta años de edad. Aunque sus declaraciones de apoyo a la lucha armada comenzaron a conocerse a finales de los años 60, Dalton efectivamente tomó las armas en los dos últimos años de su vida.
En varios momentos recibió instrucción militar, como muchos de los escritores de su generación, cuando en la década de los sesenta el PC salvadoreño contempló la veleidad de organizar un frente armado. Dalton se reía repetidamente de la voluntad combativa de la nomenclatura comunista de aquellos años. En uno de sus poemas, desdoblado en un burócrata, afirma: "Estamos por la lucha armada/ pero en contra de comenzarla".
Pero anécdotas aparte, sobre todo Roque Dalton fue un hombre comprometido, consecuente y luchador, un hombre honrado e irónico capaz de reírse hasta de si mismo y capaz de llegar a la seriedad extrema de perder la vida por sus ideas. Lo que más nos habla de Roque es su compromiso, un compromiso con las letras, el pueblo y la revolución, como queda reflejado en su obra. El escritor uruguayo Eduardo Galeano lo recuerda en estas palabras:“Roque Dalton, alumno de Miguel Mármol en las artes de la resurrección, se salvó dos veces de morir fusilado. Una vez se salvó porque cayó el gobierno y otra vez se salvó porque cayó la pared, gracias a un oportuno terremoto. También se salvó de los torturadores, que lo dejaron maltrecho pero vivo, y de los policías que lo corrieron a balazos.Y se salvó de los hinchas de fútbol que lo corrieron a pedradas, y se salvó de las furias de una chancha recién parida y de numerosos maridos sedientos de venganza.
Solo organizados haremos valer nuestros derechos
Nació en San Salvador el 14 de Mayo de 1935, estudió jurisprudencia, ciencias Sociales y Antropología, en universidades de El Salvador, Chile y México. Sus obras literarias son muy reconocidas en el mundo, recibiendo varios premios por ellas, como el Premio Centroamericano de Poesía o el Casa de las Américas.Su vida no fue una vida común, con 21 años fundó junto con otros escritores el Círculo Literario Universitario; militante del partido comunista, se enroló en el Ejercito Revolucionario del pueblo (ERP). Recorrió la Unión Soviética, Vietnam y Corea; y hubo de vivir exiliado en Guatemala, Checoslovaquia y Cuba. Pero la suerte también fue compañera de Roque; encarcelado varias veces en El Salvador, logró escapar, incluso ayudado por un terremoto que derrumbó los muros de la cárcel; y una vez condenado a muerte, no se cumplió su sentencia gracias a la “oportuna” caída del dictador José María Lemus. Finalmente en 1975, la muerte le alcanzó de manos de sus propios compañeros del ERP, entre los que se encontraban Joaquín Villalobos.
A Roque Dalton lo mataron a quemarropa. La leyenda dice que sus matadores, sin valor para mirarlo a los ojos, le inyectaron un somnífero antes de dispararle. También se dice que lo liquidaron de sorpresa: llegaron a su lado y de súbito le descargaron los tiros. Pasara lo que pasara en esa hora siniestra, aquella fue la última de las celadas que le tendió la vida.
El sacrificio de Dalton estuvo en el génesis del nuevo poder que emergió entre combates guerrilleros y protestas sociales. Sus asesinos eran un pequeño grupo de conspiradores que con los años llegaría a ser una poderosa organización armada. Dos de los sobrevivientes de aquella célula estamparon su firma en el documento que puso fin a la más cruenta de las guerras libradas hasta ahora en El Salvador.
La "muerte horrenda" de Dalton, como la llamó Julio Cortázar, levantó una exclamación de repudio en todo el mundo y le dio paso a su leyenda. Una leyenda que Dalton mismo, en vida, ayudó a alentar La poesía de Dalton es inseparable de su vida, y su vida de sus opciones políticas. Sin embargo, una de esas partes --la política-- ha predominado por encima de las demás
Cuando lo mataron tenía cuarenta años de edad. Aunque sus declaraciones de apoyo a la lucha armada comenzaron a conocerse a finales de los años 60, Dalton efectivamente tomó las armas en los dos últimos años de su vida.
En varios momentos recibió instrucción militar, como muchos de los escritores de su generación, cuando en la década de los sesenta el PC salvadoreño contempló la veleidad de organizar un frente armado. Dalton se reía repetidamente de la voluntad combativa de la nomenclatura comunista de aquellos años. En uno de sus poemas, desdoblado en un burócrata, afirma: "Estamos por la lucha armada/ pero en contra de comenzarla".
Pero anécdotas aparte, sobre todo Roque Dalton fue un hombre comprometido, consecuente y luchador, un hombre honrado e irónico capaz de reírse hasta de si mismo y capaz de llegar a la seriedad extrema de perder la vida por sus ideas. Lo que más nos habla de Roque es su compromiso, un compromiso con las letras, el pueblo y la revolución, como queda reflejado en su obra. El escritor uruguayo Eduardo Galeano lo recuerda en estas palabras:“Roque Dalton, alumno de Miguel Mármol en las artes de la resurrección, se salvó dos veces de morir fusilado. Una vez se salvó porque cayó el gobierno y otra vez se salvó porque cayó la pared, gracias a un oportuno terremoto. También se salvó de los torturadores, que lo dejaron maltrecho pero vivo, y de los policías que lo corrieron a balazos.Y se salvó de los hinchas de fútbol que lo corrieron a pedradas, y se salvó de las furias de una chancha recién parida y de numerosos maridos sedientos de venganza.
Poeta hondo y jodón, Roque prefería tomarse el pelo a tomarse en serio, y así se salvó de la grandilocuencia y de la solemnidad y de otras enfermedades que gravemente aquejan a la poesía política latinoamericana. No se salva de sus compañeros. Son sus propios compañeros quienes condenan a Roque por delito de discrepancia. De al lado tenía que venir esta bala, la única capaz de encontrarlo.”
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